Dos niños en Bogotá pierden el año escolar por no tener computador e internet
Valerie y William, dos pequeños hermanos de 12 años de edad, residentes en Bogotá, pierden el año escolar, porque su familia no tenía dinero para comprar un computador, ni mucho menos, para pagar un plan de internet.
Para muchas familias colombianas, es muy difícil sacar de un día para otro, el dinero que cuesta un objeto tecnológico; muchos dirán, que en estos tiempos todo el mundo está en la capacidad económica, de tener un teléfono móvil o un computador, y que es muy fácil tener acceso a internet, más en una ciudad como Bogotá.
Pero la historia de estos niños, no es una historia aislada, puesto que, un sin número de familias viven la misma situación, y casos como este ocurren porque el Estado y la sociedad tienen el imaginario de que hoy día, todo el mundo tiene internet y todos deben tener un celular o un computador en su casa.
Pero, la triste realidad es muy diferente, no todos tienen la misma calidad de vida, ni las mismas oportunidades, y esto lo debe entender el Estado y la sociedad; no solo basta conque lo entiendan, sino que, lo más correcto sería que hicieran algo por cambiar está situación, empezando por no evaluar a todos los estudiantes de la misma manera, ya que es injusto que los colegios califiquen con base a un objeto tecnológico, como si éste fuese la prueba de que un niño es inteligente o no.
Es evidente que el Estado, no tuvo en cuenta jamás la realidad de muchas familias a la hora de implementar el método de evaluación durante la pandemia del Covid, solo dijeron ahora las clases serán virtuales, y tal vez pensarían «y los que no tienen computador e internet, no importa pues que pierdan el año». No es justo, ni correcto con los niños y las familias de escasos recursos, porque ellos también son seres humanos, que merecen mejores oportunidades en la vida, y merecen seguir soñando con un futuro mejor.
Para finalizar, falta compromiso, sensibilidad y solidaridad, pero sobre todo voluntad de parte del Estado y de las personas que tienen un mejor nivel de vida, para ayudar a los que lo necesitan y que historias como la de estos dos niños no se sigan repitiendo.