La danta es amenazada por la fragmentación de bosques y la caza furtiva
Actualmente la danta es una especie catalogada como vulnerable, dado que ha estado en repetidas ocasiones en el top 5 de las especies más cazadas en términos de cantidad de biomasa para subsistencia y comercio. Cormacarena hace un llamado a conservar su existencia.
La danta de tierras bajas (Tapirus terrestris terrestris) se encuentra distribuida a través de la Amazonía y la Orinoquia colombiana; para el caso particular de los llanos orientales, la especie se ha registrado en los departamentos de Meta, Guaviare y Vichada, pero en su mayoría, estos registros son informales y no cuentan con un soporte científico.
Este ejemplar, frecuenta cuerpos de agua principalmente para protegerse de depredadores, ectoparásitos y para llevar a cabo procesos de cortejo. De acuerdo al Apéndice II, figura dentro las especies que no están necesariamente amenazadas de extinción pero que podrían llegar a estarlo a menos que se controle estrictamente su comercio. Sin embargo, en el listado oficial del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, sí figura en peligro crítico (CR).
Esta especie se ve enfrentada a una serie de amenazas a través de su rango geográfico, debido a que las poblaciones han venido disminuyendo en un estimado del 33% en las últimas tres generaciones, como consecuencia de la pérdida de hábitat, fragmentación de bosques y principalmente la caza furtiva, lo cual ha aumentado la vulnerabilidad a otros disturbios antrópicos, interrumpiendo el flujo y su variabilidad genética.
Frente a la situación, Cormacarena ha habilitado la línea de atención de fauna silvestre 321 482 0327, donde se atienden en caso de hallarse una danta herida y que requiera de primeros auxilios veterinarios o que hayan sido víctimas de atropellamiento vial en el departamento del Meta.